Trabajar con gases criogénicos no está exento de riesgos. La manipulación descuidada de estos gases implica riesgos importantes, como el peligro de incendio y explosión. También existe el riesgo de que los gases pierdan su forma líquida y, en consecuencia, se desperdicien. Especialmente en el caso de los gases caros, esto conlleva importantes consecuencias financieras.
Algunos ejemplos de riesgos conocidos en el ámbito criogénico son
Lesiones por el frío extremo
Los vapores y gases fríos que desprenden los líquidos criogénicos pueden provocar lesiones en la piel. En caso de contacto prolongado con materiales criogénicos, la piel puede congelarse por completo y, tras la descongelación, dejar una abrasión irritante de aspecto similar a una quemadura grave.
Tóxicos peligrosos
La mayoría de los gases tienen un efecto perjudicial para la salud cuando están muy concentrados. El monóxido de carbono líquido, por ejemplo, puede desprender gas monóxido de carbono, que puede ser mortal.
Riesgos de incendio y explosión
Un número relativamente grande de gases son inflamables y explotan en contacto con el fuego. Algunos gases inflamables son el hidrógeno, el metano, el gas natural licuado (GNL) y el monóxido de carbono.
Explosión por expansión rápida
No sólo el fuego, también la presión puede provocar la explosión de los gases líquidos. Sin una ventilación adecuada o dispositivos de alivio de la sobrepresión en los recipientes de almacenamiento criogénico, puede acumularse una enorme presión en estos recipientes de almacenamiento o dentro de una tubería. Esto puede dar lugar a la llamada BLEVE (explosión de vapores en expansión de líquidos en ebullición).
La pérdida de gases de alto valor
Un último riesgo al trabajar con gases criogénicos es perderlos. Para que el gas se mantenga licuado, debe mantenerse continuamente a la temperatura adecuada. Cuando se calienta accidentalmente o se deteriora en las infraestructuras, puede producirse una pérdida en forma de gas.
Un ejemplo de gas muy valioso que se desperdicia fácilmente es el helio. El helio se encuentra en el subsuelo, entre otros muchos gases naturales. Sin embargo, para utilizarlo, hay que mejorarlo hasta alcanzar su forma más pura. Se trata de un proceso costoso y laborioso. Además, el helio es un gas tan volátil que, cuando se libera, incluso sale de la atmósfera.
Para evitar al máximo la pérdida de helio, Demaco equipa todos sus proyectos de helio con sistemas cerrados. Esta protección añadida puede suponer una gran diferencia a la hora de ahorrar gas y, con ello, los costes del proyecto.
La importancia de unas buenas infraestructuras
Está claro que la ingeniería criogénica es un área de experiencia enormemente especializada, que requiere conocimientos y habilidades del más alto nivel. Con buenas infraestructuras, trabajar con gas licuado es seguro; sin embargo, los accidentes pueden ocurrir en cualquier momento.
Por lo tanto, es esencial que todas las tuberías, sistemas y otros productos sean diseñados, construidos y montados por un equipo experimentado que esté certificado y cumpla todos los requisitos de calidad y seguridad establecidos para la criogenia.